Jenny Feliz, nativa de Polo, Barahona, una madre que ha dedicado sus últimos 26 años de su vida al cuidado de hijo

 
Brandy Féliz y su madre Jenny Feliz

Por Mercy García Blanco / elnacional.com.do

EN SANTO DOMINGO, sàbado, 24 mayo 2025: El amor de una madre no tiene límites, y así es la historia de Jenny Féliz, quien se dedica al cuidado de su hijo, de 26 años, quien nació con problemas de hidrocefalia, Madre de tres hijos, uno de ellos Brandy Féliz, diagnosticado con hidrocefalia desde su nacimiento, Jenny ha tenido que asumir el cuidado de su familia mientras enfrenta su propia batalla contra el cáncer.

Su vida ha estado marcada por el dolor, la incertidumbre y la escasez, pero también por la esperanza, la fe y un amor inquebrantable que la sostiene día tras día.

Jenny no solo ha luchado por la salud de su hijo, sino que también ha sido el sostén emocional y físico de su madre, quien ha sufrido múltiples infartos.

Jenny Féliz lucha incansablemente por su hijo con hidrocefalia mientras enfrenta el cáncer

En medio de tantas pruebas, nunca ha perdido su conexión con Dios, a quien agradece cada día por darle la fuerza para seguir adelante.

Durante su trayecto de vida

Su historia no es solo la de una madre que cuida, sino la de una guerrera que resiste, que protege, que ora y ama con una intensidad que transforma el sufrimiento en lucha, y la desesperanza en fe.

“Papá Dios me lo envió a ustedes por algo”, dice Jenny, con voz serena, mientras recuerda el inicio de su difícil trayecto.

Su hijo, Brandy, nació con hidrocefalia. En ese momento vivía en Polo, Barahona, su pueblo natal.

Al recibir la noticia del diagnóstico, el médico que atendió a su hijo le recomendó llevarlo al Hospital Infantil Robert Reid Cabral, en Santo Domingo.

A pesar de haberse sometido recientemente a una cesárea y de estar sola, tomó la decisión de trasladarse a la capital.

A pesar de las adversidades, su fe y amor son su fuerza para seguir adelante

Se ha mudado varias veces dentro de Santo Domingo, buscando mejores condiciones para su familia. Vivió en sectores como El Almirante e Isabelita, hasta que finalmente el Gobierno, junto al doctor Cruz Jiminián, le ayudó a obtener una vivienda digna en el barrio El Valiente, en Santo Domingo Este.

«Mi vida ha sido muy difícil, pero Dios me tiene aquí todavía, he pasado de todo, pero nunca me he rendido», dice.

Además de cuidar a su hijo, la sufrida madre ha enfrentado otras pruebas: su madre ha sufrido tres infartos y requiere atención constante.

“Estoy luchando con mi hijo, con mi madre, y conmigo misma, pero sigo en pie porque Dios me da fuerza”, expresó.

Gracias a gestiones recientes, ha recibido algunas ayudas que ha usado para comprar medicamentos y alimentos. Aun así, las necesidades son muchas.

“No pido riquezas. Sólo quiero salud para mis hijos, mi madre y para mí, algo con qué moverme, porque ir al médico sin dinero para transporte o medicinas es muy difícil”, sostuvo.

Aclaró que recibe una tarjeta de asistencia de parte del Gobierno, pero la misma no le permite cubrir todos los gastos médicos y de alimentación. No puede trabajar debido a su rol como cuidadora.

El Amor de Madre

Jenny se desvive por Brandy, hoy un adolescente. Aunque su desarrollo ha sido más lento que el de otros jóvenes, su progenitora ha sabido brindarle una infancia amorosa.

“Siempre le he dado amor, comprensión. No lo dejo solo porque si puede convulsionar, si se cae. Soy esclava de su cuidado, pero lo hago con amor”, indicó.

Mensaje a Otras Madres

A pesar de todo, su fe permanece intacta. Su mensaje para otras madres es claro:

“A todas las madres que tienen hijos discapacitados, les digo que no se rindan. Que se agarren de Dios, porque con Él, nadie cae. Hay que seguir luchando, paso a paso, con fe”, puntualizó.


No hay comentarios.

Con tecnología de Blogger.