La gran prueba

 

Por Yanessi Espinal / El Caribe

LUNES, 10 ABRIL, 2023: El presidente Luis Abinader, segĂșn dice la mayorĂ­a de los resultados de encuestas que no se han publicado pero que se hacen, cuenta con una valoraciĂłn de favorabilidad en la poblaciĂłn que ronda el 60%. Pero ojo, favorabilidad no es intenciĂłn de votos.

Cierto, favorabilidad no es voto, pero se puede conquistar, o al menos es mĂĄs fĂĄcil convencer a alguien que le valora bien, que una persona que le vea con malos ojos.

Es evidente que con ese nivel de aceptaciĂłn hacia su figura, para el presidente de la RepĂșblica, reelegirse, es tarea mĂĄs fĂĄcil que difĂ­cil.

Si se toma en cuenta los temas fundamentales, economía e inseguridad, no hay una debacle que lleve a la población a pensar en “hay que sacar esta gente”, como le ocurrió al PLD en 2020 y a Hipólito Mejía y al PRD en 2004.

ÂżY los retos?

A la reelecciĂłn le falta una estrategia clara que indique el camino al triunfo. Pero se espera que se vea mĂĄs despejada pasada la Semana Santa.

Si bien el presidente Abinader tiene un escenario que se inclina a favor de continuar mĂĄs allĂĄ de 2024, no menos cierto es que tiene grandes retos, pero particularmente uno, que la puesta en escena de la reelecciĂłn no arrase la propia reelecciĂłn.Esa es la gran prueba de Abinader.

Un proyecto de reelecciĂłn mal manejado desde el Estado, distante de la realidad de la gente, en lugar de conducir a un triunfo, puede ser un camino derecho al fracaso. La experiencia mĂĄs cercana es lo que le pasĂł al PLD en 2020.

Hasta el 6 de octubre de 2019, el PRM no tenĂ­a ninguna posiblidad de ganar las elecciones, todas las encuestas apuntaban a un triunfo seguro del partido morado en primera vuelta.

Sin embargo, el mal manejo de las herramientas económicas y de poder que da el Estado, por parte del liderazgo de la organización, lo llevaron a perder el poder que habían ganado en 16 años continuos.

De hecho, el propio caso Calamar, es una evidencia del mal uso del Estado para fines polĂ­ticos. La reelecciĂłn no puede cantar victoria hasta que no pase esa prueba, pues el poder bien usado genera mĂĄs poder, pero mal utilizado es un boleto seguro al fracaso. Aplica en todo, incluida la polĂ­tica.

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