INDEXACION Justificación de Abinader carece de asidero al incumplir la ley y negar indexación salarial

 

Recibido De: Felix Betances Acosta <fbetancesacosta@gmail.com>

Por: Félix Betances

EN BARAHONA, (Repùblica Dominicana), mièrc., 22 octubre 2025:- El presidente Luis Abinader acaba de reconocer lo que ya todos sabíamos: la indexación salarial establecida en el Código Tributario es “justa y necesaria”. Sin embargo, en una declaración que revela la verdadera jerarquía de prioridades del gobierno, advirtió que aplicarla significaría una merma en los ingresos del Estado, lo que obligaría —según él— a recortar fondos destinados a sectores sensibles como salud y educación.

El cinismo de esta posición no podría ser más evidente. ¿Desde cuándo el cumplimiento de una ley queda sujeto a conveniencia fiscal? La indexación no es una sugerencia, es una obligación legal que busca proteger los ingresos de quienes menos tienen frente a los embates de la inflación. Que el gobierno prefiera seguir ignorándola para no afectar “el equilibrio presupuestario” es una burla directa a los servidores públicos, jubilados y pensionados del Estado, quienes llevan años soportando sueldos miserables que se devalúan mes tras mes mientras el costo de la vida no deja de subir.

La lógica gubernamental es perversa: mantener artificialmente deprimidos los salarios de quienes más necesitan protección —precisamente los que han dedicado su vida al servicio público—, para sostener un modelo de subsidios injustificados que benefician a grandes empresas y sectores que, a todas luces, no son los más vulnerables. ¿Por qué no se cuestionan esos fondos? ¿Por qué el sacrificio siempre debe caer sobre los hombros de los más débiles?

Nada justifica esta inequidad. Mientras el Estado sigue entregando cuantiosas exenciones fiscales a grupos económicos que ya cuentan con poder y recursos de sobra, se niega a reconocer un derecho elemental a quienes apenas sobreviven con pensiones de hambre. Esos mismos a quienes ahora se les dice que, si se les hace justicia, habrá que quitarle

dinero a la educación o a la salud. Una manipulación emocional tan vieja como inaceptable.

La verdadera desgracia no es el costo fiscal de cumplir la ley, sino la decisión política de ignorarla. Porque el problema no es de falta de recursos, es de prioridades. Y hoy, una vez más, el gobierno de Abinader deja claro que sus prioridades no están con el pueblo trabajador ni con los que han dedicado su vida al servicio del Estado, sino con los sectores privilegiados que reciben beneficios sin dar nada a cambio.

No hay excusa posible. Cumplir el Código Tributario no es una opción ni una “buena intención” en estudio: es una obligación legal y moral. Seguir ignorándolo solo profundiza la desigualdad y la injusticia fiscal que sufren los más pobres. Y eso, señor presidente, no se llama equilibrio presupuestario. Se llama abandono del deber.



 


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