Marleni impulsa su negocio de ropa de paca con visión de crecimiento
Tras capacitarse en el proyecto Mujeres SuperEmprendedoras, de Supérate, reorganizó sus finanzas, hizo su local y se convirtió en un referente del esfuerzo
DOMINGO, 10 AGOSTO 2025:- En el sector El Javillar, en Puerto Plata, la rutina de Marleni de la Rosa transcurre entre la llegada de nuevas pacas de ropa, el trato cercano con sus clientes y el registro ordenado de cada venta. Tiene 46 años y es dueña de un negocio de ropa de paca que ha levantado con esfuerzo, disciplina y una visión clara de crecimiento. Su historia demuestra que, con las herramientas adecuadas, un emprendimiento pequeño puede convertirse en motor de desarrollo personal y familiar.
Marleni es oriunda de Samaná, pero a los 12 años se trasladó a Puerto Plata. Las circunstancias de la vida la llevaron a formar pareja temprano y a enfrentar momentos difíciles, incluyendo la pérdida de un hijo y episodios de violencia. Sin embargo, encontró la manera de salir adelante y sostener a sus tres hijos, buscando siempre alternativas para generar ingresos.
Comenzó vendiendo ropa de manera modesta: una paca comprada con ahorros y la determinación de que sería el inicio de algo más grande. Durante años, trabajó sin una estructura clara y sin separar gastos personales de los del negocio. “Antes despilfarraba todo el dinero que me entraba y no tenía un control de ingresos y egresos”, recuerda.
El punto de inflexión llegó el día que una amiga la llamó para invitarla a participar en los cursos de emprendimiento del proyecto Mujeres SuperEmprendedoras, implementado por el programa gubernamental Supérate. “¡Anótame!”, respondió sin pensarlo mucho. Lo que entonces parecía una simple inscripción, se convirtió en una experiencia que transformó su manera de trabajar y de ver la vida.
En los talleres “Conociéndome” y “Educación Financiera” encontró las herramientas que necesitaba. Aprendió a hacer inventarios, identificar sus gastos hormiga, fijarse un sueldo y proyectar las ganancias de su negocio. “Ahí yo aprendí a manejar mi dinero, cómo manejar mi negocio, cómo tener una estabilidad y poder subir mi negocio”, afirma con orgullo.
El cambio fue inmediato. Con disciplina y organización, logró no solo mantener su actividad comercial, sino también construir su propio local de cemento, dejando atrás la inestabilidad de trabajar en espacios improvisados. Este paso le permitió mejorar la atención a sus clientes y darle una imagen más sólida a su negocio.
Marleni tiene clara una convicción que repite como consejo: “Prefiero que me enseñen a hacer las cosas y no que me den dinero. Porque el millón de pesos se acaba, pero el conocimiento no. Yo pude conseguir más que ese millón de pesos. Me siento mejor cuando alguien me ayuda con conocimiento para yo seguir hacia adelante”.
Hoy, su negocio crece a buen ritmo. Sueña con ampliar el local para vender pacas al por mayor y ofrecer una mayor variedad de productos. “No pienso quedarme hasta aquí, todavía hay más”, asegura. Su meta es convertirse en proveedora mayorista, lo que le permitiría abastecer a otras vendedoras de la zona y diversificar sus ingresos.
Marleni es oriunda de Samaná, pero a los 12 años se trasladó a Puerto Plata. Las circunstancias de la vida la llevaron a formar pareja temprano y a enfrentar momentos difíciles.
Más allá de lo económico, Marleni ha logrado un cambio profundo en su vida personal. Afirma sentirse feliz y empoderada, con la capacidad de ayudar no solo a su familia, sino también a otras mujeres. “He podido ayudar a mis hijos, a mis nietos y a mi pareja. Después de las capacitaciones también he podido orientar a mis amigas con sus negocios, y eso me llena de satisfacción”, explica.
El impacto de su ejemplo se nota en su comunidad. Mujeres jóvenes la buscan para pedirle consejos o conocer cómo empezó su camino. Ella les insiste en que los logros no son inmediatos: “Sí se puede, pero no es de un día para otro; hay que ir despacio y no desesperarse”.
El proyecto Mujeres SuperEmprendedoras, del que forma parte, tiene como objetivo fortalecer las capacidades de mujeres en situación de vulnerabilidad, brindándoles formación técnica, educación financiera y herramientas de liderazgo para que desarrollen negocios sostenibles. En el caso de Marleni, el programa fue la chispa que encendió un proceso de transformación que aún continúa.
Viviendo con su pareja de más de diez años y sus hijos, Marleni combina la responsabilidad familiar con la visión empresarial. Aunque reconoce que todavía hay retos, siente que hoy tiene el control de su presente y un plan para su futuro. Su local, sus clientes fieles y su creciente inventario son la mejor prueba de que las oportunidades, cuando se aprovechan, multiplican sus frutos.
En las estanterías de “Marleni de la Rosa – Ropa de Paca”, cada prenda tiene una historia: la de una mujer que decidió aprender antes que recibir, que convirtió el conocimiento en ingresos, y que ahora sueña en grande, sin perder la humildad ni la gratitud.
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