El sur en el norte del cambio
SÀBADO, 09 AGOSTO 2025:- Hay regiones que han sido condenadas al olvido, que por años vivieron en los márgenes del desarrollo, atrapadas entre promesas rotas y proyectos inconclusos. Una de ellas es el Sur profundo de la República Dominicana. Pero hoy, bajo la administración del presidente Luis Abinader, ese Sur comienza a tener un rostro distinto. Uno que se dibuja con carreteras nuevas, puertos turísticos, hoteles en construcción, estudiantes becados y jóvenes aprendiendo inglés para insertarse en el mercado laboral global.
De todas las provincias que componen esa zona postergada, Pedernales se ha convertido en el símbolo más visible de esta transformación. No se trata solo de una apuesta económica, sino de una declaración política: que el desarrollo no puede seguir concentrado en los mismos centros urbanos de siempre; que el Sur también merece futuro.
Más información
Lo que comenzó como un discurso se ha convertido en obras tangibles. La inauguración del Puerto de Cabo Rojo, diseñado para recibir más de un millón de turistas al año, ha sido uno de los hitos más importantes de esta nueva visión. A su alrededor, la construcción de más de tres hoteles, un aeropuerto internacional, un sistema de acueducto, una planta de tratamiento de aguas residuales y proyectos eléctricos, hablan de una reconfiguración integral del territorio.
Todo esto ha sido gestionado a través del fideicomiso Pro-Pedernales, una figura pública con estructura legal moderna que busca blindar las inversiones del clientelismo y garantizar su continuidad.
En el mismo tenor, es bueno resaltar que una región sin conectividad está condenada a la periferia. Por eso, la inversión en carreteras como el Circuito Vial Sur, la ampliación de la vía Barahona–Enriquillo y la construcción de circunvalaciones en Azua y Baní, no son detalles menores. Estas obras están tejiendo una nueva geografía donde el aislamiento ya no es el destino natural del Sur.
Sumado a eso, infraestructuras hidráulicas como la presa de Monte Grande, aunque localizada en Barahona, tendrán un impacto directo en Pedernales al garantizar agua para riego, consumo humano y generación de energía.
Como no hay desarrollo sostenible sin personas capacitadas, el gobierno ha incrementado de forma histórica la cantidad de becas nacionales e internacionales. Solo en 2024, más de 10,000 jóvenes accedieron a programas educativos, muchos de ellos provenientes de zonas fronterizas. Además, el programa de Inglés de Inmersión ha sido reforzado, y en 2025 se lanzó el programa de Inglés Virtual para la Empleabilidad, que proyecta insertar laboralmente a decenas de miles de jóvenes en sectores turísticos emergentes.
No se trata de formar por formar. Se trata de formar para incluir, para que la prosperidad no sea un espectáculo que los sureños miren desde lejos, sino una mesa a la que estén invitados como protagonistas.
Pedernales es hoy un espejo. Refleja lo que puede pasar cuando hay decisión política, planificación técnica y voluntad de romper con el centralismo. El Sur no está esperando el cambio. El Sur es ya el epicentro de ese cambio.
Y si lo cuidamos, si lo acompañamos con ética pública y justicia social, entonces podremos decir, con legítimo orgullo, que el Sur —ese que por tanto tiempo fue sinónimo de carencia— es ahora el nuevo norte del cambio dominicano.
Por Kary L. Ramírez Almonte
No hay comentarios.