Teléfonos móviles personales en las escuelas: perjudiciales para el aprendizaje infantil
Por Dra. Luz Towns-Miranda
Nota recibida De: Javier E. Gomez <javiergomeznyc- gmail.com@shared1.ccsend.com>
DOMINGO, 20 julio 2025:- Durante muchos años, padres, educadores, profesionales de la salud y científicos del comportamiento se preguntaron si el uso de teléfonos celulares en las escuelas y aulas perjudica el desarrollo infantil. Ahora existe evidencia suficiente para concluir que SÍ: el uso de teléfonos celulares durante el horario escolar y de clase puede ser perjudicial para el bienestar mental y emocional de los niños, así como para su éxito académico.
Los datos han demostrado que el uso personal del teléfono celular en el aula es una distracción que causa problemas de desarrollo cerebral en los menores, como poca capacidad de atención y/o retención. También puede causar estrés, ansiedad, depresión, hiperactividad y otros trastornos emocionales y del comportamiento, además de exponerlos aún más al ciberacoso y a depredadores durante el horario escolar.
Los gobiernos de todo el país están respondiendo con la creación de leyes que restringen el acceso de los niños a sus teléfonos celulares personales en las escuelas. Estas restricciones pueden limitarse a las aulas, pero, según el estado o municipio, podrían extenderse a todo el recinto escolar.
Estas leyes son excelentes porque eliminan la necesidad constante de que los niños estén pendientes de lo que sucede en sus teléfonos, mientras deberían estar concentrados en aprender e interactuar con sus profesores y compañeros. Estudios de escuelas que ya han implementado estas políticas (a menudo denominadas "Escuelas sin Distracciones" o "Aprendizaje sin Distracciones") han demostrado que el aprovechamiento académico de los niños mejora significativamente en general.
El uso excesivo e irrestricto del teléfono celular por parte de los niños en cualquier lugar (dentro y fuera de la escuela) puede afectar su desarrollo neurológico y reducir la tolerancia a la frustración, ya que se acostumbran a ver la información en las pantallas a un ritmo acelerado, a veces incluso en forma de "pinceladas” instantáneas o "destellos". En la vida real (no en la realidad virtual), el procesamiento de la información es lento. Una vez que los niños se acostumbran a un ritmo de información más acelerado “en línea”, tendrán dificultades para absorber toda la información que necesitan en el mundo real.
Los padres que necesiten comunicarse con sus hijos en caso de emergencia durante el horario escolar, siempre pueden llamar directamente a la oficina de la escuela, como en los viejos tiempos. Quienes se preocupan por la ubicación del menor, tienen opciones como las aplicaciones de rastreo 360. Con éstas pueden asegurarse de que su hijo/a llegó al colegio y entregó su teléfono, que le será devuelto al final de la jornada escolar.
Esto no significa que las comunicaciones y tecnologías digitales estén totalmente prohibidas en las aulas. Las escuelas ya han incorporado una gran cantidad de dispositivos digitales en el aula, desde pizarrones inteligentes hasta tabletas y laboratorios de computadoras, que mejoran el aprendizaje cuando se utilizan de forma supervisada y adecuada.
Implementar descansos personales para usar el teléfono celular puede favorecer significativamente el desarrollo saludable del cerebro y el control de los impulsos, lo cual está directamente relacionado con la tolerancia a la frustración. Esto se debe a que los teléfonos inteligentes también tienden a activar la capacidad de respuesta de las personas muy rápidamente, por lo que, a largo plazo, generan la expectativa de que las cosas deberían avanzar mucho más rápido de lo que realmente puede suceder en tiempo real, lo que podría causar problemas durante la edad adulta.
La Academia Estadounidense de Pediatría recomienda que los niños menores de dos años de edad no estén expuestos a las pantallas digitales. A partir de entonces, existen pautas para una exposición limitada y supervisada a las pantallas, según la edad y la etapa de desarrollo del menor.
Los niños pueden desarrollar adicción a sus celulares y experimentar síntomas de abstinencia. Por eso es importante que los padres preparen a sus hijos para un acceso limitado al celular en la escuela.
Una forma de hacerlo es simplemente decirle al menor: “Estás en la escuela y no puedes tener tu teléfono”. Explíquele que tomarse un "descanso cerebral" (como lo llaman los expertos en comportamiento) no significa que deba dejar de usar el dispositivo para siempre. Simplemente debe dejarlo a un lado o lejos durante el horario escolar, y eso está bien.
La Dra. Luz Towns-Miranda es psicóloga clínica, con práctica en la Ciudad de Nueva York.
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