Un niño murió y otro resultó gravemente quemado en un incendio en Caballona
Vivían en un depósito del play del Club Deportivo los Delfines de Caballona, municipio Los Alcarrizos
EN SANTO DOMINGO, martes, 06 mayo 2025: Dos niños y su padrastro sufrieron quemaduras de tercer grado cuando la casa en que vivían se incendió en Caballona, municipio de Los Alcarrizos.
El pequeño de un año y medio de edad perdió la vida, y su hermano, de tres años, lucha por sobrevivir con ampollas en el 100 % de su cuerpo.
El padre adoptivo, llamado Francisco Sosa Solano, está hospitalizado en el Vinicio Calventi con la cabeza, los brazos y la espalda ulceradas por el fuego.
Los tres vivían en una casa que, era en realidad, una especie de almacén para los equipos de un estadio de béisbol del Club Deportivo y Cultural los Delfines de Caballona.
La estructura de concreto y techo de planchas de zinc tenía dos puertas condenadas, lo que la convertía en una trampa mortal para los menores.
El hecho ocurrió la madrugada del lunes 28 de abril.
Arabelis Díaz Paula, hermana del herido, cuenta que la madre de los infantes salió un momento a un colmado a buscar al marido y cuando ambos regresaron ya la casa ardía en llamas.
Él entró y pudo rescatar solo a uno, después de luchar con la corriente que había electrificado la puerta corrediza de hierro.
El más pequeño corrió a la salida sellada del frente y murió contra los barrotes de hierro de una ventana.
Díaz asegura que en el lugar había mallas y otros utensilios que favorecieron la propagación rápida del fuego.
Entre las ruinas calcinadas quedan las podadoras y otras herramientas que usaba para dar mantenimiento al play, así como los camarotes donde dormían los niños.
Por lo anterior, la familia cree que el siniestro se originó en la precaria instalación eléctrica del lugar.
Disputa
Sosa Solano mantenía una disputa con Domingo Almánzar, conocido como Punga, administrador del estadio que fue construido en terrenos del Estado.
Almánzar le exigía que abandonara el lugar, pero él se resistía a irse sin el pago de prestaciones por varios años de trabajo.
Después de este suceso, Almánzar ha declarado a la prensa que los padres eran negligentes y los niños permanecían solos en el área.
Calificó a la madre como “viciosa”, algo que no desmiente la familia de Sosa, pero defiende su dedicación al cuidado de los hijos.
El niño recibe atención médica en la unidad de quemados del hospital infantil Arturo Grullón de Santiago.
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